fotógrafo: Sergio Cabanillas
BIOGRAFÍA
Jorge Grundman comenzó su formación musical cuando tenía 12 años y escribió su primera composición con 14 y sus
estudios de solfeo, piano y coro en el Real Conservatorio Superior de Música de
Madrid con Carmen Ledesma y con el profesor Joaquín Soriano. Obtuvo un Master en Creación Musical e
interpretación en la
Universidad Rey Juan Carlos y en el Real Conservatorio Superior
de Música de Madrid; Licenciado en Ciencias e historia de la música en la Universidad de la Rioja ; Ingeniería de Sonido e
Imagen en la Universidad Politécnica de Madrid y Licenciado en
informática por la
Universidad Pontificia de Comillas. Ha recibido
clases magistrales de Jesús López Cobos y José Luis Temes y del maestro Navarro Lara.
Como musicólogo, Grundman ha llevado a cabo una gran difusión
de la música contemporánea y ha estrenado obras en España compuestas por
Vladimir Martynov, Michael Hurd, Gerald Finzi, Astor Piazzolla, Marjan Mozetich
o Giovanni Sollima, entre otros. Es co-fundador del Non Profit Music Chamber
Orchestra, junto con el violinista Ara Malikian. Ha colaborado en grabaciones
de estreno mundial de obras de Ernesto y Rodolfo Halffter y Julián Bautista
con la Orquesta
de Extremadura y su conductor Jesús Amigo; como también en la difusión y redescubrimiento de la obra del compositor bohemio Adalbert Gyrowetz
(1763-1850) o del difunto compositor Robert Kahn (1865-1951) con el trío clásico de
B3. Grundman es también profesor en la Escuela Universitaria
de Ingeniería Técnica de Telecomunicación de la Universidad Politécnica
de Madrid desde 1987, donde enseña temas relacionados con la acústica
arquitectónica, sonido, sistemas de ingeniería de sonido o producción en el
grado de sonido e imagen - ingeniería técnica Telecommunicating de sonido.
Ha realizado más de diecisiete grabaciones desde 1981
y trabajado en proyectos en cine y televisión, tanto en España como en el
extranjero. Sus trabajos han sido realizados y emitidos principalmente en los
Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Japón, Brasil y España. Grundman
ha ganado premios como los premios del narciso de los Estados Unidos en 2005 y la NAR 2004 como "Mejor
Album Instrumental contemporáneo" por su trabajo "Somos el pasado
próximo, cuidar de él". Su música ha sido grabada por Warner Music, Virgin
Records, RCA y otros sellos discográficos independientes, pero ahora se publica
principalmente por la Non
Profit Music Foundation. Entre los intérpretes de sus obras
se encuentran prestigiosos solistas como Brodsky Quartet, Ara Malikian, Daniel
del Pino, Susana Cordón, Jirí Bárta, Albert Guinovart, Antoni Comas, Trío
Arbós, Inés Moraleda, trío clásico B3, Renée Rezneck o Blau Kamara Quartet, The
Winchester orquesta de San José, Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador,
Orquesta de Cámara de España o Non Profit Music Chamber Orchestra y han sido estrenadas en salas como el Auditorio Nacional de Música de Madrid,
Teatro Nacional de Brasilia, Trinity Catedral de California, West Valley
College Theater o Iglesia La
Dolorosa de Quito.
En abril de 2011 Grundman por encargo del XVII Festival Internacional de Música de Toledo, escribe su sonata para flauta y piano llamada "Warhol en primavera", que se estrenó con gran éxito en este Festival. Su sonata para violín y piano, "lo que inspira a los poetas", dedicada al compositor Marjan Mozetich, se emite en muchas emisoras norteamericanas, convirtiéndose en una de las piezas del siglo XXI español contemporáneo más escuchadas en los Estados Unidos. En 2011, el pianista y compositor Nikolai Kapustin acepta la dedicación del trabajo de Grundman "Un paseo a través de la adolescencia" para violín, violonchelo y piano. La pieza se estrena ese mismo año en Toledo por Daniel del Pino, Roman Patocka y Jirí Bárta y ha sido grabada recientemente para Play it Again, última grabación por el Arbós Trío.
Como decía, desde 1985 Jorge Grundman es docente en
Tenía la intención de añadir una lista de sus composiciones pero creo que sería demasiado largo y prefiero que los propios lectores busquen en la web del compositor. Una web muy interesante, por otra parte. www.grundman.org
The Toughest Decisión of God
ENTREVISTA AL COMPOSITOR JORGE
GRUNDMAN
En los últimos meses, me he preguntado ¿Porqué no
conocía yo antes a este gran compositor?... Y como quiero que eso no le pase a demasiada
gente, sino que, desde ya mismo se le conozca muchísimo (si es posible) al
menos aquí en España, dónde él vive, me propongo entrevistarle. Y el caso es que, me sonaba mucho su
nombre… Mucho, pero no sabía porqué,
ahora ya sí… Jorge formó parte de la famosa Movida Madrileña… con grupos pop en
los que él fue músico/teclista y cantante… Y no se cómo voy a llevar a cabo toda
la tarea de dar una idea aproximada de todo lo que éste hombre ha hecho en la
música, que es mucho… Tendré que ir despacio y tratando de no saltarme etapas o
momentos.
Y también va a ser una tarea muy difícil
entrevistar a alguien con un mundo interior tan profundo, tan rico, como el de
Jorge. Espero no dar una imagen superficial o vana de él o de su obra porque no
es mi pretensión y porque, desde luego, él no se lo merece.
¡He oído tantas veces su Resurrección de
Cristo!... O algunas otras de sus obras, ¡me he emocionado tanto con ellas!,
que no se si seré capaz de plasmar todos esos sentimientos en una mera
entrevista que siempre es algo efímero y poco profundo y mucho menos cuando no
estás directamente con él ahí al lado, no le ves la expresión o las dudas al
responder, sino que te limitas a escribir y enviar una serie de preguntas
tratando de ser respetuosa e incisiva a un tiempo.
No, no va a ser fácil para mi “acertar” con Jorge
Grundman, reconozco que siento algo de temor… Pero no porque él sea alguien que
te produce ese temor, porque aparentemente es la persona más educada, más
considerada y más dulce incluso, que te puedes encontrar (al menos esa es la
impresión que he sacado en estos meses desde que conozco su obra y me he podido
comunicar alguna vez con él). Pido perdón por anticipado a él y a mis miles de
lectores.
Jorge, en la presentación que haces de ti
mismo, ¿”pides humildemente perdón por (supuestamente) no aportar nada nuevo a
la música”? EXPLÍCALO POR FAVOR.
¿Será por eso que tengo la impresión de que
eres la persona más sencilla y más dulce del mundo?, ¿Es humildad, timidez,
ambas cosas o qué?
Bueno, lo de
sencillez, timidez o humildad son rasgos que creo que deben aplicar otros a una persona y no ser calificativos que yo
deba usar para un autorretrato o una autodefinición. Si me preguntas, yo creo
que soy una persona normal. Trabajadora. Pero normal. No creo que haga nada que
esté por encima de lo que otros hacen. Ni tampoco creo que me deba avergonzar
de ello. Otra cosa es que me guste el público…y no me suele gustar. Es más, lo
paso mal. Siempre me ha ocurrido.
Veo tus fotos y una de ellas, la que te muestra
más en primer plano, te saca mirando hacia abajo (no es la única imagen tuya
que he visto, mirando al suelo) ¿Te da vergüenza salir en las fotos o algo de
lo que conlleva tu profesión?. ¿La exposición de sentimientos?.
¡Vaya! No me había dado cuenta. Sergio Cabanillas me
hizo muchas fotos. Pero sí, no llevo bien enfrentarme al público. Tengo
bastante pánico escénico. Pero no sólo como intérprete, hecho que me alejó de
los escenarios (la última vez que me subí a uno a interpretar una obra mía fue
en el año 2004 en el Auditorio de Barañáin), sino como escritor de música, lo
paso muy mal en los estrenos. Francamente mal. No me canso de insistir a los
intérpretes que no me hagan salir a saludar. No es que tenga miedo a los tomates.
Sino que me gustaría pasar desapercibido.
Te defines como “escritor de música”, no como
compositor… ¿y eso? ¿Cuál es para ti la diferencia y porqué dices que “no era
tu intención”?
Si
simplificamos, se puede escribir música básicamente de dos formas. Una en
cuanto a la forma y otra en cuanto al fondo. Obviamente, se pueden mezclar
ambas, pero no me refiero a eso. Un ejemplo en cuanto a la forma es realizar
una fuga a cuatro voces. O, como a veces se hace desde la vanguardia, realizar
una composición algorítmica. La forma, en este caso, la proporciona el
algoritmo. Pero si escribes pensando en el fondo, en lo que quieres comunicar,
en lo que pretendes que se entienda, entonces la forma se adapta por las
necesidades del fondo. Yo quiero transmitir una idea que produzca un estado
emocional utilizando un lenguaje universal y para ello utilizo en el lenguaje
la melodía como descriptora del fondo. Es una manera de hacer las cosas
diferente de lo habitual en la profesión de compositor. Y en muchas ocasiones
debes saltarte las reglas escritas y no escritas para llegar a esa conexión
entre el oyente y el intérprete. Es decir, sería algo así como escribir sin
signos de puntuación en reflejo de como fluyen los pensamientos. Pero es que no
se hacerlo de otra forma. Y quizá si supiese, haría otras cosas ¿mejores?
Cuando menos, diferentes. Pero como me encuentro a gusto escribiendo de esta
forma que no es académica, que no sigue una tendencia o que no copia o pretende
basarse en artilugios o en el más difícil todavía, o que no pretende demostrar
que soy un buen compositor para decirle al mundo ¡Mira lo que hecho!, es por lo
que creo que no soy compositor, sino alguien que escribe música. Sencillamente
eso. Contar una historia a través de la música. Otra cosa es que no crea que la
música deba progresar. Nada más lejos de mi intención. Simplemente me veo
incapaz de ayudar con mis obras a ese progreso.
Dices que “tú no escribes para compositores”…
entiendo que “escribes para un gran público” para mí por ejemplo, que no tengo
conocimientos musicales y a quién tu música emociona y mucho…
Con perdón,
no quiero parecer prepotente ni impertinente, pero no escribo ni para
compositores ni para el público. Es que escribo para mí. Insisto en que no
quiero que se malinterprete como prepotencia. Escribo para mí como forma de
expresión o terapia interna. Porque la búsqueda de la emoción es como una droga
que me tiene atrapado. No escribo para compositores, porque no puedo decirles
nada. Qué más quisiera. Es que no sé qué decirles ya que nada de lo que hago
puede considerarse nuevo. Pero tampoco hago una obra pensando en el público
como tal. Es más, ya digo que me da miedo pensar en el público siempre. Ni me
gusta interpretar ni me gusta asistir a los estrenos, porque de veras que lo
paso muy mal. Cuando escribo música y la comparto, estoy dejando que gente
extraña lea las páginas de un diario íntimo. De cómo veo una determinada
situación inventada por mí. Y si la gente se emociona, es que ha llegado el
mensaje que había escrito. Ese es el mejor reconocimiento que alguien puede
tener, si es que lo busca. Significa que hablamos el mismo lenguaje y nos
emocionamos con lo mismo. El problema, entonces, es ser accesible. Si todo el
mundo entiende lo que escribes, y accede a ese diario íntimo, todo el mundo
sabe todo de ti. Y ya no hay trampa ni cartón. Y todo el mundo puede opinar. Y
eso te hace estar expuesto a la crítica mucho más que si fueses un compositor
de vanguardia. Pero yo prefiero verlo como alguien que comparte su vida y que
no pretende imponer su criterio.
Fotógrafo: Sergio Cabanillas
Ya se que, seguro que no te gusta pero… ¿Habría
una definición para tu música? ¿Sería una especie de “neoclasicismo” o qué? He
leído que no estás de acuerdo con la afirmación de Verdi: “mira hacia el pasado
y verás el futuro” o algo así… y también que puede coexistir o que coexiste en
tu música la investigación, lo nuevo con lo de siempre…
Sí creo que
hay una etiqueta para lo que escribo: música. Simplemente eso. Ahora bien, en
el mundo que se crea tras Schönberg yo he buscado un término para este tipo de
música. Y aunque el concepto no es mío, el término es consonante. Pero no digo
consonante por su acepción armónica. Que puede que suene bien o no. Sino
consonante porque pone en consonancia al escritor de música, al intérprete y al
oyente. Los pone al mismo nivel. Se escribe la música que el intérprete
entiende a la primera y así se lo transmite a la audiencia. Si te gusta una
obra, pues bien. Y si otra obra no dice nada, pues también. Pero no hay ningún
tipo de elucubraciones alrededor de la misma que tengan que valorarse y que
indiquen que como el oyente no está preparado o no tiene formación, no es capaz
de asimilarla o que necesita de un esfuerzo intelectual.
Suelo poner
este ejemplo: si Beethoven no hubiese escrito su “”Pastoral”, que está claro
que no es su sinfonía más importante, y alguien la presentase hoy en día ¿no tendríamos derecho a emocionarnos
porque no aporta nada nuevo? Y quien la escucha por vez primera, aunque haya
escuchado miles de otras músicas, ¿no tiene derecho a disfrutarla? Es posible,
entonces, que por escribir música en un estilo que recuerde a los de antes,
parezca algo nuevo para muchos. A eso es parte de lo que se refería Verdi, pero
yo no. Yo lo que defiendo es que también quien escribe de esta forma tiene
derecho a poder compartir sus obras. Voy a poner dos ejemplos de música
contemporánea consonante. ¿Qué tal
Vakhtang Kakhidze, con quien me escribo? Este es su concierto para piano en un
solo movimiento. En la escala de Do Mayor. Hay que ser un genio para escribir
así. Con una escala de Do: http://youtu.be/c3R8hfKqatc
Pues me vanaglorio de haber conseguido que su obra Moon Dances fuese estrenada
en España por la excelente violonchelista Beate Altenburg: http://youtu.be/b7EfPLMJ8IU ¿Y que tal
si hablamos de Georgs Pelecis, con quién también me escribo? Pues otro
concierto para piano en un solo movimiento y Do Mayor: http://youtu.be/c-aaa9btCCc Y ¿por qué
no Pavel Karmanov, por cierto también me escribo con él, y a quien pretendo
estrenar en España en cuanto pueda? Aquí está su Intermezzo para Piano y
Orquesta: http://youtu.be/PyGZCEnusGs
Y esta música que se hace hoy en día, que se escribe hoy en día y que nunca
antes se había escrito, es a la que llamo consonante. Y ahora que ves que no
estoy sólo en esto, es por lo que te agradezco de corazón que traigas a tus
lectores mis palabras y mi obra. Pero no sólo la mía, el público tiene derecho
saber que aunque no se programe en nuestro país, existe esta música. Aunque
aquí tampoco soy único. No hay que salir de nuestro país. Seguramente conoces
Guinovart, Albert Guinovart, con quien también me escribo y esta es su Sonata
para Piano: http://youtu.be/pEORwRvRaqw
Bueno, pues esta es la etiqueta clasificatoria para los que escribimos de esta
forma: Música Contemporánea Consonante. ¡Ah! He añadido contemporánea… ¡Es que
aún estamos vivos!
Y no presumo
de escribirme con ellos. Al revés, es para mí un honor que me acepten. Qué
alguien que no es capaz de transmitir las emociones que ellos consiguen, sea
aceptado por ellos como si tuviese el mismo nivel… Bueno, para mí es un
orgullo. Pero es mucho mayor el disfrute y la emoción que tiene cualquier
oyente al escuchar estas obras.
También dices que “escribes música para contar
historias”… ¿Primero es la historia y luego va la música?... ¿Cuál es el
proceso?
Pues sí. En
mi caso, sí. Aunque no del todo. A veces, primero es algo que aparece en tu
estado de ánimo: una melodía o una idea rítmica. O a veces, como en “The
Resurrection of Christ”, es lo que quieres contar. Pero la base de mi escritura
es siempre la misma. Hago una inmersión imaginada en la historia. Como si de un
viaje en el tiempo se tratase, o estuviese viviendo ese momento. Si consigo
acercarme lo suficiente desde mi interior a esa historia, algo que me hace desconectar
de la realidad varios instantes, como si de un trance se tratase, me transmite
entonces el estado de ánimo con el que dejo que fluya el mismo en forma de
notas. Es decir, si se trata de sufrimiento, es ese sufrimiento el que pretendo
notar. El resto, es como si fuese la
música programática de dicho momento. Pero con el lenguaje consonante
del que he hablado antes. Así que sí. Primero es la historia, en la mayoría de
los casos, y luego, la música. Ahora bien, una vez que tengo ya el material,
viene la parte de “oficio”, la de escribir con mi estilo e intentando que la
emoción experimentada no se diluya en el proceso.
Adivino que tu presencia en redes, YouTube,
etc. en la última etapa, es reciente… ¿No consideras importante la difusión a
través de las modernas redes de comunicación, te da lo mismo o…?. Quiero decir
que, para cualquiera ahora mismo es realmente de vital importancia estar en las
redes, promocionarse de la mejor forma posible pero hacerlo… Pero en ti es como
si tuvieras un cierto pudor en hacerlo.
Por reciente
entiendo mi canal de YouTube, creado hace seis meses ¡Pero en Facebook llevo
desde el 2012! Eso... ¿No es mucho? Bueno vale. Sí creo que es importante. Pero
tienes que tener tiempo para mantenerlo, o la gente se aburre. Aunque también
hay quien se pone nervioso si lo actualizas continuamente. Y encontrar ese
equilibrio es difícil. Y sí, me da bastante pudor estar continuamente actualizando
las noticias que llegan sobre mis obras. Pero sé que hay gente interesada y es
más, recibo ciertas regañinas si no lo hago.
God's Sketches
No, estar en Facebook desde 2012 no es mucho je, je, je. Has tenido toda esa formación tan completa a
nivel universitario: Master en creación Musical e interpretación en la Universidad Rey
Juan Carlos y el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, has estudiado
nada menos que con Joaquín Soriano; Licenciado en Ciencias y la historia de la
música en la Universidad
de la Rioja ;
Sonido e imagen en la Universidad Politécnica de Madrid y Diplomado en
informática en la
Universidad Pontificia de Comillas, incluso estudios de
canto. ¿Tanto te gusta estudiar? ¿Eres el eterno estudiante? EXPLÍCAME, POR FAVOR, PORQUÉ HAS TENIDO TANTA
NECESIDAD DE FORMARTE…
Al estar en
la universidad dando clases, todo se pega… Bueno no estudié con Joaquín
Soriano, sino en su cátedra con la que un día fue mi profesora Carmen Ledesma.
Por lo tanto, había que examinarse ante él, ya que era parte del tribunal. Pero
ella marcó algo muy importante en mi vida. Quizás siga en esto de la música por
ella. Como mis padres no querían que fuese músico de profesión, cuando tuve que
dejar de estudiar piano al coincidir con mi entrada en la universidad como
estudiante, un año más tarde y cuando ya no tenía contacto con ella, me llamó
por teléfono a casa y me dijo: “…si hay algo de lo que estoy segura en mis años
de dedicación a la música es que si hay alguien que no tiene que dejarlo, ese
eres tú. Jorge, no dejes nunca la música. Por favor, no la dejes nunca…”. Como
si tratase de una marca al fuego, se me ha quedado grabado en la memoria. ¿Por
qué me llamó cuando ya no era su alumno? ¿Por qué me llamó si ni siquiera era
un buen alumno como pianista? ¿Tendría que ver que en el primer año de piano le
regalé mi primera obra (hoy perdida), un lied, a un compañero del conservatorio
que estudiaba canto? Entonces me preguntó que cómo había armonizado la obra, y
yo le dije “¿armo..qué?”. Estaba en segundo de solfeo y primero de piano. Y
recuerdo que le comenté, bueno estuve buscando que notas expresaban mejor la
poesía de Machado con la melodía que había escrito. Dos años más tarde le
presenté un boceto de lo que yo quería que se convirtiese en un pequeño
concierto de piano y hoy es el quinteto “La Decisión más Difícil de Dios” dedicada al
pianista y amigo Daniel del Pino. Y en esa llamada de teléfono, Carmen Ledesma,
me dijo: “Tienes que acabar esa obra”. Pero por las vueltas que da la vida he
pasado muchos tipos de música y no me veía con la fuerza y el conocimiento
necesario para abordarla. Y siempre he pensado, cuanto más te formes, mejor lo
harás. Y la acabé el año pasado. Aunque gran parte de culpa también la tiene mi
mujer, que desde que me oía tocarla en casa y cuando éramos novios, no ha hecho
otra cosa que pedirme que la acabase. Pero como digo, no me veía capaz de
hacerlo. Aunque tampoco de escribir un oratorio. Y menos en latín. Ahora ya sí.
Y todo lo que he estudiado está relacionado con la música. La ingeniería de
Sonido e Imagen, por el sonido y la tecnología imbricada directamente con la
música. La informática, por las nuevas tecnologías que siempre he aplicado a la
creación musical, no en vano he sido uno de los beta-testers del software de
edición de partituras Sibelius todos estos años. Musicología me ha ayudado a
buscar y entender toda esa música consonante que deseo compartir. Y el máster
me ha introducido en la investigación de la mano de Álvaro Zaldívar, Antonio
Narejos y Vicente Calvo con quienes estoy realizando mi tesis doctoral sobre la
humanización de la interpretación virtual. En palabras llanas, cómo hacer que
un ordenador pueda llegar a interpretar Chopin sin hacer el ridículo.
Pero, y esto ya es sorprendente, formaste
parte de la Movida Madrileña …
Con grupos como Farenheit 451 (que a mi me gustaba mucho) o también Trópico de
Cáncer… ¿Qué queda de aquel joven que cantaba cosas como Mañana sí lloverá o Yo
lo intentaría una vez mas, que fue número uno en las listas de éxitos en
España?... O, mejor dicho, ¿Cómo se pasa de esas ligeras y alegres composiciones
a las profundas de ahora?... ¿Cuál es el proceso que te ha llevado a este
cambio? ¿O La Movida
era algo más profundo de lo que se quiso ver en ella?
Se pasa
creciendo…, pero también teniendo ganas de compartir lo que haces o lo que
escribes con otras personas. ¡Ah! Ya no canto nada bien. Antes tampoco,
ejem…, aunque lo que queda es ese
espíritu joven que tiene siempre algo que decir y no puede parar de hacerlo.
Creo que he evolucionado y le debo mucho a todos aquellos que han formado parte
de mi vida y se han encontrado con mi música como Ara Malikian, Daniel del Pino
o Susana Cordón. Primero, como es lógico, tenían un cierto temor a interpretar
algo contemporáneo. Luego…, me pidieron más. Incluso Ara me animó a proyectar
mi música fuera de España y a escribir al Brodsky Quartet, cuarteto al que
seguro que le encantaría mi música…. Y de esas lluvias, como se suele decir,
vienen estos lodos. La Movida
no era nada profunda. Bueno, yo la viví superficialmente. Sólo quería ensayar y
tocar. Y así estábamos más de ocho horas al día. Luego decían que tocábamos muy
bien y que estábamos muy por encima del nivel de los otros grupos. Que lo
nuestro era muy elaborado…Pero todos queríamos decir algo. Y aunque algunos
vendían más imagen que música, nosotros teníamos la ilusión de vender sólo
música. Pero el negocio de la música es muy diferente del de la utopía y el de
la ilusión. Y eso me apartó. Y como la música te acompaña a todas partes,
siempre he estado con ella desde la intimidad.
Soledad, nostalgia, calma, serenidad,
compasión, emoción, tormenta, lluvia, todo eso te inspiró la figura del
compositor canadiense Marjan Mozetich en la hermosa Sonata “Lo que inspira
lo poesía”…¿Por qué?, ¿Quién fue o quién es Marjan Mozetich?. HABLAMÉ DEL
PORQUÉ DE ESTA SONATA Y DE QUIÉN ES MOZETICH, POR FAVOR.
Jorge y Daniel del Pino
Fotógrafo: Sergio Cabanillas
Marjan es el
compositor canadiense más programado en la actualidad. Y con quien también me
escribo y él me ha dado muchos ánimos siempre, incluso en los momentos más
difíciles. Y ¿cómo describir la obra de este compositor con palabras? Mejor
escuchar algo de ella. Sus Postales desde el Cielo son un ejemplo de lo que
evoca a la poesía: http://music.cbc.ca/#/play/artist/Marjan-Mozetich/POSTCARDS-FROM-THE-SKYUNFOLDING-SKY
Cuando Ara, Daniel y yo pensamos en un disco para violín y piano que contase al
mundo que la música contemporánea puede ser consonante, Marjan estuvo siempre
en él desde el principio con su Desire at Twilight y siempre ha estado en otros
proyectos con los que he colaborado no sólo con Ara, cuando hicimos su
Fantasia…sul un linguaggio perduto, sino con el Trío Arbós con sus Scales from Joy and Sorrow, o en la
presentación del fantástico cuarteto de cuerda Habemus Quartet con su Lament in
the Trampled Garden. Así que alguien que también me aceptó como igual desde el
principio y quien se interesa por lo que hago, por cómo sigo, y que me estimula
a crear y alguien que escribe música como si fuese poesía, fue el destinatario
de una obra mía y que tenía que rendirle homenaje. Y le encantó. Y a mí más.
El cuarteto para cuerda: “Surviving a Son’s
Suicide” es una extraordinaria, emotiva, conmovedora, incluso trágica pieza
musical… sobre la que debería de preguntarte si está basada en un caso real,
personal (ahora se que no, ¡menos mal!) o tal y como tú dices: contando
historias con la música, pensaste en una situación como ésta, tan trágica y
trataste de ponerle música. EXPLÍCAME PORQUÉ DEL TÍTULO Y EN QUÉ ESTÁ BASADA.
La obra
surgió por la llamada del compositor y amigo Joan Valent quien me dijo que le
habían propuesto escribir un cuarteto de cuerda que iba a interpretarse en
Brasilia, pero que le resultaba imposible cumplir con el compromiso al estar
escribiendo otra obra en esos momentos y que había pensado en mí para hacerlo.
Cosa que le agradecí y le pregunté para cuando estaba previsto dicho estreno.
Me respondió que el mes siguiente, pero que al cuarteto de cuerda la gustaría
tener la obra antes para ensayarla. Al tener tan poco tiempo, pensé en algo que
pudiese transmitir una fuerte carga de emoción y que seguro serviría de fuente
de inspiración y me imaginé el suicidio de un hijo ante la incomprensión de sus
padres. Estos se separan tras el trágico desaparecer de su hijo, pero con el
paso del tiempo se reencuentran y vuelven los recuerdos sobre éste, pero ya con
las heridas cicatrizadas. Las fotos de su niñez, el recuerdo de su adolescencia
o su habitación tal cual la dejó son las escenas que dibuja el cuarteto de
cuerda a lo largo de casi veinte minutos. En el primer movimiento son los
violines los encargados de establecer el diálogo entre los padres. En el
segundo movimiento y más complicado de crear, la idea era representar los pasos
equivocados que damos en la adolescencia pero que luego convertimos en algo
nuestro que forja nuestra personalidad. Cómo hacer que algo medido parezca a
destiempo y que algo a destiempo parezca a tiempo, es un desafío para los
intérpretes. El tercer movimiento es una mirada a su habitación tras muchos
años de ausencia y en el que cada objeto cuenta una historia que enlaza con el
siguiente que la vista encuentra. Y cada melodía que cada objeto representa
empieza con el mismo inicio de la anterior pero cuenta una historia diferente.
No pretende ser una historia trágica. Sino sobre el reencuentro tras una
tragedia. Algo que devuelva la esperanza. Por eso intenté que fuese emotiva.
Bellísima tu “Surviving…” triste y nostálgica “What inspires poetry”
Sonata para violín y piano. Divertida y
un poco nostálgica también, alegre, con un sonido muy novedoso pero nada
difícil de entender o de apreciar, digamos que por cualquier tipo de público,
sorprendente en general “On Blondes and Detectives”…. Y no se cómo definir esa irrepetible,
alucinante “The Resurrection of Christ”… si como “experiencia trascendental”
como “algo mágico”, como “una inspiración casi divina”…. ¿Por qué tantas
referencias religiosas o místicas en tu música?... No solo en la Resurrección de
Cristo, sino también en la pieza llamada “God’s Sketches”…increíble, como
increíbles son las interpretaciones que de tus obras hace esa maravilla que es
Susana Cordón (a la que vamos a entrevistar próximamente)… ¿Cómo diste con
ella? ¿Ya os conocíais, hiciste una especie de casting, la viste en alguna de
sus actuaciones y te quedaste, como me pasó a mi, colgado con su voz?. POR
FAVOR, HABLAME DEL PORQUÉ DE TUS REFERENCIAS A DIOS Y A LO RELIGIOSO Y TAMBIÉN
QUÉ TE MOTIVÓ (SI LO RECUERDAS) O QUÉ VIVENCIAS TENÍAS CUANDO COMPUSISTE
ALGUNAS DE TUS OBRAS. HABLAME DE SUSANA, QUE ME INTERESA MUCHO, ME
PARECE INCREIBLE.
Yo sí creo.
Soy católico. Sí creo que hay un Dios que nos ha creado. No con sotana blanca
ni barba desaliñada, ni pelos alborozados al viento, ni que transmite temor, ni
que necesita ser adorado. No sé el por qué, pero sí estoy seguro que está
detrás de todos nosotros. No detrás de lo que ocurre, sino siendo consciente de
lo que somos y lo que hacemos. Al contrario que lo que opina Stephen Hawking, y
mientras no demuestre lo contrario, todo apunta a la existencia de Dios. En mi
caso no es cuestión de fé. Lo he vivido. Sé que otros no. Pero yo sí. Y no sé
por qué. No hay nada, por incomprensible o mágico que pueda parecernos, digo
que no hay nada que ocurra en este mundo si no es por una causa que lo origina.
Las hojas no se mueven si no sopla el viento. Y cuando con el razonamiento
llegamos al inicio de todo, tuvo que haber una causa. Y esa causa, la tuvo que
realizar algo o alguien. Ese o eso es Dios. Yo prefiero ese. O mejor dicho ESE.
Y si alguien ha podido crear el universo, siendo como es para nosotros
infinito, ¿cómo no va ser capaz de estar detrás de todos nosotros? Otra cosa es
la religión que abracemos. Y otra cosa es que practiques esa religión. O que
sigas los dictados de quienes la interpretan. Yo le rindo homenaje cada vez que
escribo una obra. Siempre está dedicada a Él por darme la inspiración y luego a
mi mujer, Mar, por el tiempo que le he robado al no estar juntos mientras la
escribo, ya que sólo se vive una vez, al menos de esta forma.
He tenido
mucha suerte de conocer a Susana Cordón. Mucha no. Muchísima. Otra vez tengo
que estar agradecido a Ara Malikian. Fue en el año 2008 cuando estuvimos
trabajando en un disco monográfico sobre obras acerca de las cuatro estaciones.
Allí estaban seleccionadas las de Piazzolla y las de Valent pero otra no
acababa de convencer a Ara. Y faltaba una y yo me encontraba pensando en una
elegía para soprano, violín, piano y orquesta de cuerda en memoria de Javier Terés,
un amigo de la adolescencia que falleció repentinamente. Así que le dije que
seguiríamos buscando. Ara me pidió que la transformase en una obra sobre las
estaciones y pensé en el luto durante un año de una viuda que pierde a su ser
querido y que pide tener derecho a una segunda oportunidad. Tenía que llenar la
obra de tristeza, pero también de
esperanza. Así surgieron Four Sad Seasons Over Madrid. Y hacía falta una
soprano. Ara pensó en dos inicialmente por si una no podía, pero rápidamente se
decidió por Susana y de hecho no contactamos nunca con la otra. Ni siquiera lo
intentamos. Te va a encantar me dijo. A lo que yo pregunté: ¿pero va a querer
cantar una obra mía? ¿Si no me conoce…? Yo la llamo, fueron sus palabras. Tras
el miedo inicial de Susana por cantar una obra contemporánea de un compositor
que no conocía y en inglés, pronto pasó al entusiasmo y me pidió, medio en
broma medio en serio que le escribiese una obra, y ella que pensaba que igual
no le hacía mucho caso, se encontró con Los Bocetos de Dios (God’s Sketches)
que interpretó y grabó con Brodsky Quartet. A partir de ahí, trabajamos sobre
una rima de Bécquer la XXIII
y luego vino A Mortuis Resurgere:The Resurrection of Christ. Y ahora vamos a
trabajar en otra obra de la que aún no puedo decir nada, pero que creo que va a
marcar un hito muy importante en la carrera de los dos.
¿Escribes también las letras de tus temas? o,
si no es así, ¿quién te las escribe?
En el caso
de Four Sad Seasons Over Madrid y God’s Sketches fui yo quien las escribió. Y
son historias creadas e imaginadas por mí. En el caso de XXIII fue un tal
Gustavo Adolfo y en The Resurrection of Christ un santo: San Juan. La verdad es
que no me quejo de los colaboradores que he tenido…
¿Eres más conocido fuera de España que aquí?
¿En qué países se ha difundido tú música y cuál es tu experiencia en ellos?
Pues yo creo
que en España no soy conocido. Soy más conocido en Estados Unidos y Canadá. De
hecho he tenido la suerte de ser la portada de la prestigiosa revista
estadounidense Fanfare Magazine gracias al apoyo incondicional de Joel Fleger,
su editor y enamorado de mi música. Y fue en la portada de Fanfare Magazine
donde apareció la definición “Jorge Grundman: the composer who lets your
feelings flow”. Algo así como el compositor que hace que fluyan tus emociones.
Lo cierto es que mucha gente dice eso de la música que escribo. Cada cierto
tiempo programan en las radios norteamericanas y canadienses obras mías y más
generalmente mi sonata para violín y piano. Mi música se ha escuchado o
interpretado y que yo sepa en Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Brasil,
Reino Unido y Francia. Unas veces por la radio, otra con intérpretes e incluso
una con ballet. Y ahora estoy ilusionado con el estreno en Suiza el 10 de Enero de mi obra "The Toughest
Decision of God” con Daniel del Pino al piano y Lyonel Schmit y Christoph
Brueggemann con los violines, David Quiggle a la viola, y Viturin Doring con el
violonchelo. Mi experiencia personal fuera de España sólo ha sido la de Londres
con Renée Fleming con mi obra para piano In The Still of the Night y lo pasé
tan mal como siempre, a pesar de que Renée hizo una interpretación magistral. Y
encima fui hasta allí a pasarlo mal. Si obviamos esto, la obra se ha
interpretado ya muchas veces e incluso se ha estrenado en España este pasado 5
de diciembre en las manos de Ignacio Tomer.
Concierto Sentido 2º. mov.
Es la otra obra rescatada de mi juventud por
la llamada de Carmen Ledesma. La primera fue esta. La segunda el quinteto. Está
dedicado al compositor ucraniano Nikolai Kapustin con quien tuve oportunidad de
escribirme para agradecerle el que nos dejase grabar varias obras suyas como
primera grabación mundial. Por eso tiene un toque ligeramente jazz. Aunque
obviamente no le llego a la altura de los zapatos. ¿Sabes que me dijo? Que se
sentía muy mayor para componer pero que cuando escuchó esta obra y la Sonata para Flauta y Piano
“Warhol in Springtime” que también le dediqué, le entraron ganas de volver a
componer. ¡Y lo ha hecho! Cuando llegas a una edad y echas una mirada hacia
atrás en el tiempo suele venir la sonrisa acompañada de la nostalgia por los
años pasados y lo que entonces nunca ocurrió y deseabas entonces que ocurriera.
Y mientras uno se autocompadece vuelve lentamente a la realidad. A lo que toca
vivir. Todo el mundo y al menos una vez en su vida se da un paseo así por la
adolescencia. De eso va la obra.
Yo no tengo otra intención que la de sentirme
bien. Es como una droga. Lo necesito. Como también necesito emocionarme. No hay
hora para ello. Cuanto más pueda, mejor. Pero también me saturo. Me exige un
esfuerzo muy grande la inmersión en la historia que deseo contar. Y, a veces,
también lo paso mal. Porque no llego a ese estado. Y si yo no llego, mi obra
tampoco. Eso seguro.
Es posible que haya de todo eso un poco. Pero
no hay de eso simplemente en mi vida. Al menos, siempre intento contagiar de
alegría y euforia a todos aquellos con quienes me embarco en un proyecto.
Jorge… ¿Eres feliz?
¿Se puede ser feliz en un mundo como este? ¿Y
tras el tifón de Filipinas…? ¿Y con la pobreza que se ha instalado en nuestro
país? ¿Y con los inmigrantes que piensan que venir aquí es garantía de un
futuro mejor? ¿Y con el hambre en el mundo? ¿Y con las leyes tan injustas que
tenemos que siempre se olvidan de las víctimas…? ¿Y…? Bueno…, se puede ser feliz
si uno se convierte un poco en egoísta y mira para otro lado pensando aquello
de que uno sólo no puede cambiar el mundo. Pues no. Se puede y sí…, entonces,
no soy feliz. Otra cosa es que soy divertido y pretendo que la gente alrededor
mío se contagie de sonrisas. No ser feliz no es estar triste. Estar triste no
es antónimo de sonreír. Debería ser obligatorio sonreír todos los días de la
vida. Se contagia un optimismo que hace que quieras cambiarlo todo. ¿Se puede
llenar la música con esperanza? Eso siempre lo intento. La nostalgia no es
buena compañera, tiende a que abandones tus obligaciones y que te enamores del
pesimismo. Pero en su justa medida es la enemiga número uno de la falta de
esperanza. Sí como dicen todo tiempo pasado fue mejor..., ¡pues hagamos que el
presente se convierta en un mejor pasado para el futuro que nos espera! De
hecho, y utilizando el título de un disco con obras mías que se publicó en
Estados Unidos, somos el próximo pasado. Debemos cuidar de él. Se lo debemos a
las próximas generaciones. Es así como se cambia el mundo. Cambiando el
presente, no malgastando el tiempo imaginando el futuro.
Tengo varias obras retrasadas y pedidas pero que
no se me han olvidado. Una para acordeón y orquesta de cuerda que me pidió Anne
Landa y que nunca se me ha olvidado, pero sobre la que he ido y venido en
varias ocasiones y se me está resistiendo. Aunque cada vez menos. Espero darle
una grata sorpresa. Otra para cuarteto de laúd que ya estoy acabando basada en La Resurrección de
Cristo. Otra que tengo pendiente es para contrabajo. Las rimas de Bécquer para
dos cantantes, piano, arpa y flauta – ya tengo varias escritas y cuando digo
cantantes ya se sabe que hablo de Susana…Y una especial con Susana de la que
aún no puedo hablar…pero me muero de ganas por empezarla.
Y es que, Susana da mucho juego con su espléndida voz. Se que has grabado un CD recientemente, cuéntame
algo, por favor… ¿Ha salido ya? ¿Quién ha participado en su grabación?
Pues verás, se han grabado dos recientemente.
Uno es con Brodsky Quartet y Susana Cordón en A Mortuis Resurgere: The
Resurrection of Christ (que es el título íntegro de la obra – De entre los
muertos: La Resurrección
de Cristo) y el otro son obras para violín y piano de la mano de Vicente Cueva
y Daniel del Pino que aún está en edición. El primero verá la luz en Mayo de
2014 por el sello londinense Chandos Records. El segundo cuando se termine del
todo y aún no sé en qué fecha se editará. Pero será el año que viene también.
En principio tiene el nombre clave de W Sonates, porque son sonatas para violín
y piano y todas comienzan con W en el título: What Inspires Poetry, Warhol in
Springtime y White Sonate: The Child Who Never Wanted to Grow. Y una propina que
se llama Why? Alguno se preguntará por lo de los títulos en inglés, pero es que
me programan en la radio de allí…y no de aquí. Bueno, alguna vez también. No me
quejo. Pero allí como son más, parecen eso. Parecen más…
Pues quisiera decir que nunca me habían
preguntado cosas personales acerca del personaje que hay detrás de las obras
que escribe. Y eso ha sido muy difícil de contar. Pero ya está hecho. Y quiero
aprovechar para agradecerte el tiempo que me has dedicado y que dedicas a
difundir mi humilde música. Vamos, las historias que cuento. Muchas gracias, de
veras.
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